domingo, 22 de enero de 2012

Punto de fisión, de David Torres

Solo un monstruo sentiría indiferencia por una portada tan chula. ¿Cómo iba yo a resistirme? No lo hice. Y me alegro. Venga, voy a intentarlo con frases de más de cuatro palabras.
Este es uno de esos raros libros que da exactamente lo que promete. Tú le ves la portada, te lees la sinopsis y te haces una idea (en este caso sería algo así como "Suena interesante, divertido y trepidante"), y ¡pam! eso es justo lo que te da.
El libro consiste en varias historias en un principio separadas que poco a poco se van uniendo (ya sé que esto se ha convertido en lo más típico del mundo, pero no tiremos el libro a la basura aun). Hay terroristas chulapos, niños de Chernobil, críticos de cine porno y editores literarios. Con toda esta caterva, uno podría pensar que el libro va a consistir en un batiburrillo de cosas excéntricas que se unen de una forma traida por los pelos, pero lo cierto es que todo va como la seda en esta novela. A pesar de las rarezas aparentes de los personajes y sus historias, todo fluye de manera muy natural, lo que hace que se pueda disfrutar de la historia sin tener la sensación de "¿y esta chorrada ahora a qué viene?". Las historias se engarzan de manera estupenda y uno las va disfrutando una a una y en conjunto.
Tampoco es que este libro se me vaya a quedar grabado de forma indeleble en la memoria, pero pasé buenos ratos con él y no sentí que me hubieran timado después de leerlo, que no está mal.

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