Compré este libro por lo que los señores de márketing llaman compra por impulso. Me llamó la atención el título (por pura deformación profesional: soy psicólogo conductista), y luego la sinopsis me pareció interesante, la portada misteriosa y evocadora... tenía toda la buena pinta. Aun así no me decidí a comprarlo, pero nada que no pudieran arreglar los reyes magos.
En cuanto calló en mis manos empezé a leerlo, y cumplió plenamente mis expectativas, cosa que me sorprendió bastante. Está bien escrito, es misterioso y con el ritmo muy bien llevado, habla de psicología conductista (en este caso experimentamos con cobayas humanas de una manera bastante curiosa) y tiene un rollo como de futuro (pero no mucho) distópico, aunque no tan distinto de nuestro presente.
Le pondría solamente dos pegas: una, por el amor de dios, es que el autor tendría que haberse asesorado con un psicólogo de verdad, ya que hay algunos errores perfectamente subsanables en las partes en las que hablan de psicología. Y la otra es su duración. Me quedé tanto con ganas de más... creo que el mundo que ha creado el autor daba para mucho más, y me he quedado con ganas de seguir un tiempo más de turista por ahí.
Obviando estas dos cosas, el libro es estupendo. La historia está bien montada y te obliga a seguir leyendo, pero no por eso te deja con esa sensación de best-seller tan característica, en la que te has trasegado un libraco enorme lleno de giros inesperados pero que no te ha calado nada. Aquí las cosas que pasan suscitan el interés por sí mismas, y no solo por ver cómo se va a resolver la situación.
Espero que el futuro, aunque esté dominado por conductistas retorcidos, nos depare más novelas como esta.
Le pondría solamente dos pegas: una, por el amor de dios, es que el autor tendría que haberse asesorado con un psicólogo de verdad, ya que hay algunos errores perfectamente subsanables en las partes en las que hablan de psicología. Y la otra es su duración. Me quedé tanto con ganas de más... creo que el mundo que ha creado el autor daba para mucho más, y me he quedado con ganas de seguir un tiempo más de turista por ahí.
Obviando estas dos cosas, el libro es estupendo. La historia está bien montada y te obliga a seguir leyendo, pero no por eso te deja con esa sensación de best-seller tan característica, en la que te has trasegado un libraco enorme lleno de giros inesperados pero que no te ha calado nada. Aquí las cosas que pasan suscitan el interés por sí mismas, y no solo por ver cómo se va a resolver la situación.
Espero que el futuro, aunque esté dominado por conductistas retorcidos, nos depare más novelas como esta.
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