Cogí este libro con ganas, a pesar de que el anterior libro del autor que me había leído (Padres, hijos y primates) no me había acabado de convencer. Con este he tenido exactamente la misma sensación. Cada vez que acababa uno de los relatos que lo componen, me quedaba como diciendo "vale...¿y?". A lo mejor es algo premeditado del autor, dejar las cosas abiertas, inconclusas y realmente sin una historia clara contada, pero a mí desde luego me deja igual antes que después. Tampoco es que digas "menudo espanto de libro", para nada, el estilo me parece bastante acertado y se lee muy bien, pero creo que le falta encontrar historias más potentes que contar.
Es uno de esos libros en los que te queda la sensación de que la sinopsis de la cubierta es más interesante que el libro en sí.
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