lunes, 13 de febrero de 2012

Una investigación filosófica, de Philip Kerr

Un nuevo fraude, no sé que me pasa últimamente con las novelas de misterio...
La contraportada lo prometía todo: una investigación ambientada en un futuro próximo, el asesino mata gente con nombre en clave de filósofos que estaban dentro de un programa de protección llamado Lombroso, el asesino es uno de los que están en ese programa y su nombre en clave es Wittgenstein... ¿qué diablos podía salir mal? ¿es que el mundo se ha vuelto loco?
Pues sí, sale mal. No es solo que esté bastante mal traducido (que lo está), sino que la "investigación" es un fraude monumental. ¿Crees que la cosa se resuelve con astucia, lógica y deducciones? Pues te equivocas. Se resuelve por un encuentro casual, porque hipnotizan a un tío y, atentos señoras y señores, por la "intuición femenina" de la detective. Hay tantos cabos mal atados que se podría escribir otro libro sobre ellos. La forma en que pillan al asesino (oh, os he desvelado que al final le pillan! lo siento) es lamentable, hacen unas asunciones totalmente disparatadas (¡atención intuición femenina!) y, ¡anda, que suerte!, ese era el asesino.
Yo esperaba otra cosa, la verdad. El título y la contraportada prometían una investigación en la que las pistas y las deducciones se fueran sucediendo de forma lógica y, posiblemente, en base al pensamiento de los filósofos a los que iba asesinando. Pero no, nada de esto. Una resolución de misterio chapucera y sin gracia, y además con poco ritmo.
buuuh!

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