miércoles, 15 de febrero de 2012

Estudio en escarlata, de Arthur Conan Doyle

"Cuentista enmascarado, ¿reseñas un libro de 1887 que casi todo el mundo ha leído?" Así es, porque yo estoy siempre a la última (dento de poco os daré a conocer un autor revelación, Miguel de Cervantes). La cuestión es que las últimas novelas de misterio que me había leído eran tan malas, que decidí revisitar a los clásicos del género como dios manda. Mi conclusión es: si no vas a ser por lo menos la mitad de molón que Sherlock Holmes, por favor, deja de escribir tu novela de misterio y dedicate a tiempo completo a tu trabajo de sexador de pollos.
Bien es cierto que esta es la primera novela de Holmes y no es la mejor, pero aún así ya tiene ese aura estupenda que hace que quieras leer más (de hecho ya me he empezado la siguiente y me estoy planteando seriamente leerme todos los libros del tirón... ya veremos).
Es un libro bastante corto, y la verdad es que Sherlock se deja ver poco, cosa que cambia en los libros posteriores, donde se explota mucho más y mejor al personaje. Pero para ser su presentación, es estupenda, y aunque la historia no es la más lograda de la serie, le sigue dando cien vueltas a las últimas novelas negras que he leído. Así que venga señores, desempolven sus viejos volúmenes de Doyle y disfruten de nuevo, que de vez en cuando hay que visitar a los viejos.

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