lunes, 16 de febrero de 2015

Los bosques de Upsala, de Álvaro Colomer

Se descuida uno y se ha pasado un par de meses sin reseñar nada, cómo son las cosas... En fin, los ya lejanos reyes magos me trajeron varios libros cual caballo de Troya, entre los que iba escondido este. Reseñadores de otros lugares de la red me habían prometido buena escritura y una temática valiente, y allá que fui yo.
Hay que empezar diciendo que el libro va sobre el suicidio, que como tema me parece muy bien. Y creo que eso es todo lo positivo que puedo decir de la novela, la elección de tema acertada. Porque lo que es el resto... uf.
Para empezar, no sé que hizo al autor fijarse en este tema. Podría uno pensar que le habrá tocado de cerca, quizá algún familiar o amigo se le haya suicidado, pero la nula familiaridad y la fantasía desbocada que transmiten las reacciones de todos los personajes al respecto (desde el protagonista, pasando por el psiquiatra, los camilleros de urgencia y la propia suicida) delata que no ha tocado el tema ni con un palo. Os lo digo yo que soy psicólogo, y he tratado con gente que se ha intentado suicidar, con sus familias, con psiquiatras y con trabajadores del SAMUR social que atienden este tipo de cosas.
Como he dicho, me parece estupendo que se trate este tema, pero digo yo que si vas a tratarlo será para describir una realidad, o reflexionar sobre ella, o plantear preguntas sobre ella, o analizarla... lo que no debería ser es para inventarte directamente esa realidad. Con esto no estoy diciendo que los escritores solo deban escribir sobre lo que conocen, faltaría más (no existiría la ciencia ficción y Stephen King viviría de los subsidios del gobierno), pero sí pido que si abordas un tema que no conoces te molestes un poco en hacerlo. En este caso, las reacciones y las reflexiones de todos y cada uno de los personajes se alejan por completo de las cosas que hacen los humanos reales, y por lo tanto pierden cualquier tipo de validez para generar reflexiones y debate sobre la realidad del suicidio. Podrá uno reflexionar sobre las cosas que se ha inventado el autor, pero no sobre lo que ocurre en el mundo.
En fin, no hagan caso a los cantos de sirena que les prometen una buena lectura en Los bosques de Upsala, porque ni el tema está bien tratado ni la lectura se hace interesante. Vamos de despropósito en despropósito y solo acabé el libro poque apenas tiene doscientas páginas con letra gorda. Lo que sí hay que decir es que tiene un final a la altura del resto del libro: chorra a más no poder.
En resumen: buuuuu.

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